Una Palabra

De pronto, imperceptible,
comienza a danzar una palabra
su ritmo creciente me embruja
irremediablemente
su fuerza de tornado me absorbe y me atrapa.

Y otra más, y otra, y otra
ya son una desbordante sinfonía.
Ya no soy,
ya no existe nada más
que este instante apasionado
que este momento intenso en que no hay tiempo
este momento eterno en que la vida
acaba de crear una poesía.