Surrealismo






















Soledad del ciudadano.
-Herbert Bayer
-1932. Siglo XX



Herbert Bayer, desde 1929 hasta 1936 no sólo creó fotomontajes, los cuales retocaba y pintaba, sino que también hacía fotoplásticas llamadas de esta manera por las formas plásticas como huesos o cuerpos geométricos que se combinaban con elementos propios de la naturaleza, como nubes, agua, sombras...


-
Sabré levantarme sobre este momento
y disfrutar del sol en las mañanas.
Sé que podré invadirte de alegría
decir
VIDA
PLENITUD
LIBERTAD.

Y cantar.

Pero ahora
ahora
una pena me quema
y vos estás inalcanzable.
La gata duerme al lado mío
y suena en mis torpes dedos
esta guitarra
rota y desafinada
como mi vida esta mañana.

Afuera suena la lluvia
rítmica y clara.

Afuera la lluvia canta.
Aquí se pierden entre tus cuerdas
mis lágrimas.
Acúnalas, vieja guitarra,
que vienen sinceras de mi alma
guárdalas en tu madera cálida
querida guitarra repleta de rayas.
Ámalas
porque traen soledades ásperas
que ya hace tiempo conoces y cantas

Por favor no dejes
que nadie las vea
sólo vos que escuchás mi corazón pegado a tu espalda
podés abarcarlas.

Existes

Tú existes.
Existes porque yo te espero
Vives porque palpitas
En mi corazón y en mi sueño.
Eres,
En la materia y en lo impalpable
Pero...
¿llegarás a tiempo?
Te reconozco
porque sabes leer el alma en las acciones
y adentrarte por los ojos
hacia el centro
de los sentimientos.
Te reconozco
porque tienes una sensibilidad profunda
que te hace vulnerable.

¡Ven pronto!
Que tu amor es la magia que despedaza mis temores
y me abriga.
Colocas mis límites en el infinito
y expresarme libre, íntegramente,
es tan natural como respirar.

¡Ay amor ven pronto!
Por lo común
es difícil vivir sin ti
y otras veces
es muy difícil. Tengo miedo
de que la tristeza se acostumbre a habitarme.

¡Ay amor!
Ven pronto.
Estoy cansada ya
de buscarte
triste detective frustrada
experta
en soledades ocres.
Le quitaré a mi atención tu nombre
olvidando
la presencia de tu ausencia,
lo cambiaré por uno nuevo: el mío.
Mis soledades ocres, dolientes y vacías
mutarán
en soledades vivas
intensas
creativas
entonces, quizá,
seas tú a quien le interese encontrarme

Christa

Palpitas sutil, casi transparente,
toda ternura.
Tu sensibilidad, vibrando y vibrando,
te traspasa y se prodiga
tus ojos, con suavidad,
dejan pasar cuando miran.
Puedo sentirte amanecer
puedo sentirte rumor de un manantial juguetón y refrescante
y amarte se me hace inevitable
¡Cantas, ondulas, ríes, saltas..!
Eres como una delicada mariposa de mil colores
frágil
suavemente luminosa
especialmente única,
que se ha posado en mi vida
-siempre abierta a la magia-
para quedarse.
Llovizna.
Me acuerdo de vos
miro en mi alma, muy adentro,
y lo único que encuentro
es mi corazón
solo
llorando
cantando una canción
una canción triste
una canción de amor.
Cuantos ruidos y sonidos
cuantos colores chillones
cuanto inútil bla, bla, bla,
generados todos
por ese visceral miedo
a escuchar, a ver, a quedarnos
nada menos que con nosotros mismos
y nuestro paisaje propio.

Miedo que nos llega desde esa célula primera,
viviendo de espaldas al sol
inundados de sombras densas
por temor a darnos vuelta.

Nuestra supervivencia sonámbula...
Nuestros hermosos disfraces...
Total,
También estamos.

Tormenta

Mar embravecido de tormentosa furia
que muestra implacable sus garras rugientes
arcada violenta y vómito grosero
del quieto volcán con entrañas hirvientes.

Angustioso grito de sangre, de siglos,
una y otra vez golpeando en el silencio
visceral energía vital e incontrolable
que expresa su ser alojándose en mi cuerpo.

Reales ansias de que la vida sea
un trino alegre que se pierde en el aire
entre el sereno murmullo de las olas
en el final colorido de la tarde.

Burbujas espejadas

Tu silencio y el mío son un solo silencio.
Nos unimos en el punto justo
del desencuentro.

Nos encerramos en burbujas redondas,
espejadas por dentro.
Después claro, ya sabemos: las burbujas
no duran mucho tiempo
unas vueltas en el aire y ... ¡záz!
Ya se rompieron.

Entonces sí reímos como niños y gozamos
inocentes y sinceros
la alegría de estar juntos,
y creemos,
que ya no fabricaremos más burbujas
y comenzamos,
a soñar hermosos sueños buenos.
El tuyo es insuperable y el mío es perfecto.

Parece ser amor, que a los sueños,
un duende sigiloso los transforma en burbujas
en quién sabe qué momento.
Otra vez nace un nuevo silencio.

Tal vez tenga final la rueda,
si, quizá lo tenga.
Podríamos probar amor,
a soñar un solo sueño
podríamos también probar,
a tornarlo verdadero.

Lo que ocurra después, no puedo saberlo.
Talvez no ocurra nada y sea sólo un juego
pero a lo mejor se nos dá,
y tu silencio y el mío hagan un solo silencio,
reunidos en el punto exacto
del encuentro.

Emy

Vos,
constructora de mundos bellos
para nosotros.

Vos,
habitante de la magia
eterna enamorada
expedicionaria incansable de la vida
que descifrás el idioma de la risa
y del dolor.

Un poco más allá,
vos
tristeza infinita
abismo insondable.
Vos sonido de campanas en expansión palpitante
de preguntas...
que no lográs descifrar tu idioma
de intensidades.
vos con tu modo
cálido y profundamente humano.

¡Ay vos..!
Tu inmensidad te hace difícil cada paso
transitando soledades
pero ese día de sol en que no creés,
llegará
y estallará en mil colores de alegría
en mil senderos a explorar cantando
plenitudes.
por fin de la mano de aquél que busca tu corazón,
construyendo mundos bellos
para ustedes.

Ese mismo día, en algún lugar,
estaré yo
vibrando de felicidad.
Las últimas cosas
se parecen a las primeras
sólo las separa la conciencia.
La humanidad concluye
y a la vez comienza.
Las hojas del árbol son tierra
son raíz, fruto y semilla.
No hay tiempo:
sólo hay un todo móvil.
Hoy un pájaro canta
dentro mío
y otro de su rama
se ha caído.
¿Qué importa la piedra que lo empujó?
Lo único que importa
es que murió.
Murió de inocencia.
Y de ilusión.

Sin vos

Sin vos me siento incompleta
No tienen sentido las estrellas
si no podemos compartir su mágico influjo.

Las risas son
como semillas en una calabaza sonora:
ruido dentro de un fruto intacto por fuera
vacío y seco por dentro.
La alegría es un formalismo
para ocultar la verdad.

Parece mentira pero sin vos
soy un arco sin flecha.
Sé que estás sin embargo,
profunda e inamoviblemente conmigo,
pero te necesito y no me conformo
con una certeza intangible.

Parece mentira pero aún,
nadie ha descubierto la realidad
esa realidad que vive
a medio paso apenas
más allá de mis ojos.

Calle Corrientes

Para los que amamos Buenos Aires
la calle Corrientes es
un corazón palpitante.
Es un pájaro y sus alas nuestros sueños,
miles de sueños ardientes y hermosos en un vuelo.
Es una ventana
y si vos mirás
vas a encontrar todos los rostros.

La calle Corrientes es un nido de amor
habitada por apasionados y delirantes,
por enamorados y poetas,
por idealistas y descreídos.
En la calle Corrientes siempre habrá un rincón
para acurrucar las nostalgias
las angustias
las soledades amargas.

Nuestra ternura es la brisa
que te toca la cara,
y esa danza de luces
está hecha de lágrimas.
Esta calle que es casa
de los que no tienen nada,
también supo ver la muerte
y el dolor, de la vida arrebatada:
sangre que absorbió esta calle,
sangre que se convirtió en magia.

Por eso cuando andás por Corrientes
cada paso no es un paso:
es una gota de eternidad levantada.
Vibra con tu ser y se libera
a brillar con el sol y las estrellas.
Por eso para nosotros
- los que amamos Buenos Aires –
cuando estamos lejos la calle Corrientes es
una herida abierta y buscamos
alguna explicación que jamás encontraremos,
a menos,
que otra vez nuestros pasos
nos hagan vibrar al transitarla
y comprendamos,
que la calle Corrientes
no es calle ni mito:
es un sentimiento y es un pasadizo
al corazón mismo
del Universo.

Palabras así nomás

Las palabras resuenan sin descanso dentro mío
con un ritmo imposible de frenar.
Me invaden totalmente
hasta transformarse en serio asunto de necesidad.
Ni siquiera tengo tema
hacia donde dirigir este absurdo poema
pero esta pasión que me impulsa a escribir
puso ya en mis manos la lapicera.

Ay, ay, ay, este loco corazón
con un poco de bohemio y otro poco de poeta
un poco de la eterna libertad del gorrión
y de los ocasos...
¡ toda la tristeza !

Tiempo Nuevo

Tiempo Nuevo


Te veo venir
gigante y luminoso.
Tu inmensidad brota de mi médula prolongándose al infinito
a veces me parece que no podré abarcarte
y tu luz me encandila en vez de guiarme.

Tiempo nuevo que vivís vibrando en mi sangre:
te construiré pujante
te construiré sonriente,
y aunque por momentos, como ahora,
seas sólo incertidumbre
mi amor despertará otros corazones
mi fuerza vencerá a pesar de todo.

Ninguna meta quedará a medio camino
confío en mi pasión incansable e invencible
soy un volcán que aparentemente duerme
pero ya estoy preparando los soles
y el vuelo perfecto y armonioso de los pájaros
en aquel esperado cielo azul.
Ya eres realidad en cada partícula de mi ser
llegará la mañana
en que surgirás glorioso de las entrañas del planeta
para todos entonces serás realidad.

Glorioso y gigante
gigante y luminoso.

.

Tus ojos

I
Bahía Blanca, 1989

En este día me acompañan soledades
y me angustia un sentimiento de imposible
que se adormece peligrosamente en mi desidia.
En ese sentimiento se agazapa mi muerte
esperando
un descuido de mi esperanza,
allí se acurruca cuando bajo los hombros
cuando no quiero ser
cuando no quiero ver que hay belleza
en cada átomo que palpita.
Allí es donde se instala
en la parálisis de un corazón necio
que se niega a construir.

En la profundidad de este instante negro,
como un intruso y vertiginoso rayo de luz,
apareciste vos
absolutamente inesperado,
inimaginado,
dejaste tu poema sobre mi mesa
como una ráfaga de viento refrescante
y antes de que pudiera reaccionar
te fuiste corriendo
derrumbando bellamente mis irreales soledades,
inundándome de color
haciendo estragos con mi muerte.
II
Gran Canaria, 2007

Cuando leí tus versos dejé todo y fui a buscarte
pero te habías esfumado,
casi no te vi y no sé como eres
ni siquiera sé tu nombre porque firmaste “Mis Ojos”
pero dejaste una huella indeleble,
una luminosidad intensa e indefinible
que me hace feliz cada vez que te recuerdo
cada vez que leo tus versos en ese papel doblado y amarillento.
Cuando te convoco
todavía me emociono y me sorprendo.

Quizá la vida quiera - imprevisible y traviesa -
que Tus Ojos tropiecen un día con este poema,
y ojalá también quiera
que esos versos que escribimos en el mismo momento
y en el mismo café,
tiendan un puente hacia el encuentro
esta vez.

Entre las ramas

Entre las ramas vivo
y entre las ramas muero
respiro trinos rojos
doliendo silencios.
Albergo palomas blancas
habito a gusto en el viento
escurridizo
misterioso
siempre nuevo.

Crepitando flores vivo
empujando soles muero
a bordo de duendes de agua
que llevan rumores viejos
de la raíz a las ramas y de la ramas
al cielo.

Buscándote siempre vivo,
imparable,
el remolino de mi empeño
va escudriñando murmullos
y explorando
los rincones de los sueños.

Tejo los suspiros de la tarde
para abrigar mi deseo.
Encontrándome muero.

Vivo cantando inevitables versos,
y lloviendo inevitables versos muero.

Busco dejar de buscarte
entre las ramas frescas
navegando en el misterio.

Sin que me encuentres muero.
Entre carcajadas,
desapercibido.
Profunda y dolorosamente humano.

Una mueca indescriptible y bufonesca se dibuja.

Un payaso cae
súbitamente
muerto.

Una palabra

De pronto, imperceptible,
comienza a danzar una palabra
su ritmo creciente me embruja
irremediablemente
su fuerza de tornado me absorbe y me atrapa.

Y otra más, y otra, y otra
ya son una desbordante sinfonía.
Ya no soy,
ya no existe nada más
que este instante apasionado
que este momento intenso en que no hay tiempo
este momento eterno en que la vida
acaba de crear una poesía.

Madrugada

Llovizna suavemente
se puede palpar en las calles mojadas
el mustio desamparo de la noche.
Los que trabajan, al compás de un tango,
los que no,
caminamos solitarios
todavía con sabor al último café
todavía con el eco de las últimas palabras
deambulamos profundos, ensimismados
bajo el desolado silencio de esta madrugada
o esperamos.

Llovizna suavemente
no tenemos ni una estrella
para poner nuestros sueños.
Las hojas se estremecen ruidosas
en los árboles copudos
los grillos, rítmicos,
cantan
mientras esta llovizna
-casi nada-
toca las cuerdas melancólicas del alma.