Cuantos ruidos y sonidos
cuantos colores chillones
cuanto inútil bla, bla, bla,
generados todos
por ese visceral miedo
a escuchar, a ver, a quedarnos
nada menos que con nosotros mismos
y nuestro paisaje propio.
Miedo que nos llega desde esa célula primera,
viviendo de espaldas al sol
inundados de sombras densas
por temor a darnos vuelta.
Nuestra supervivencia sonámbula...
Nuestros hermosos disfraces...
Total,
También estamos.