La gata duerme al lado mío
y suena en mis torpes dedos
esta guitarra
rota y desafinada
como mi vida esta mañana.

Afuera suena la lluvia
rítmica y clara.

Afuera la lluvia canta.
Aquí se pierden entre tus cuerdas
mis lágrimas.
Acúnalas, vieja guitarra,
que vienen sinceras de mi alma
guárdalas en tu madera cálida
querida guitarra repleta de rayas.
Ámalas
porque traen soledades ásperas
que ya hace tiempo conoces y cantas

Por favor no dejes
que nadie las vea
sólo vos que escuchás mi corazón pegado a tu espalda
podés abarcarlas.