Las palabras resuenan sin descanso dentro mío
con un ritmo imposible de frenar.
Me invaden totalmente
hasta transformarse en serio asunto de necesidad.
Ni siquiera tengo tema
hacia donde dirigir este absurdo poema
pero esta pasión que me impulsa a escribir
puso ya en mis manos la lapicera.
Ay, ay, ay, este loco corazón
con un poco de bohemio y otro poco de poeta
un poco de la eterna libertad del gorrión
y de los ocasos...
¡ toda la tristeza !